El yogur es un imprescindible en mi nevera y un desayuno con yogur es una manera de variar la que, desde luego, es la comida más importante del día.
Las propiedades del yogur creo que son bien conocidas por todos, pero os las resumo por si todavía no os habéis apuntado a consumir al menos uno al día, mejora el funcionamiento de la flora intestinal, activa las defensas naturales del organismo, su consumo regular mejora la tolerancia a la lactosa y es muy bueno para prevenir la osteoporosis.
Por eso hoy os quiero enseñar qué le pongo yo al yogur para desayunar, aunque hay mil variantes y todas igual de sencillas y nutritivas, esta vez preparé granola casera a base de copos de avena, almendras y algunas semillas. La avena ya sabéis que es considerado como el rey de los cereales por sus propiedades saciantes, es buenísimo si sufres de estreñimiento y ayuda a mantener el colesterol a raya.
En cuanto a los frutos secos como la almendra os diré que soy adicta a ellas, no solo por su sabor sino porque promueven la actividad cerebral, muy importante a corto y largo plazo.
Añadí frambuesas y fresas, frutas ricas en vitamina C, cuyos beneficios antioxidantes son más que conocidos, y además, si sois diabéticos podéis tomar fresas porque os ayudarán a controlar la glucosa, sin olvidar que son buenísimas para la anemia.
En definitiva, comer yogur para mí es un placer y muy sano, los he tomado desde pequeña, a diario los naturales sin azúcar, si los notáis agrios añadid azúcar panela, miel o sirope de arce, y los fines de semana no perdono el yogur griego.
Y vosotros ¿Os cuidáis con yogur? ¿Cuándo lo tomáis?
¿Incluís el yogur en el desayuno?
Muchas gracias por las visitas y comentarios.
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